viernes, 14 de diciembre de 2007

"La Fuerza de la Oración"

Tercera parte

Los caminos de la oración

Muchos preguntan: Cuando rezo ¿qué camino toma la oración? Hombre, hijo Mío, cuida de no rezar sólo para ti, pues cuando sólo piensas en ti, emerge el amor propio y la oración tiene poca fuerza. Cuando reces, hazlo conscientemente, envía primero amor y pídele al amor que te eleve; luego pide por un país, por una ciudad, donde los hombres viven en sus apremios. Reza por tus hermanos que viven intranquilos, en estado de guerra, en pena y desgracia; luego reza por tus amigos que conoces en la Tierra, y sólo entonces, hombre, hijo Mío, piensa en ti.

El “Padre Nuestro” que siendo Jesús enseñé al pueblo, no es la oración del amor propio, sino que es mundial para todos los ámbitos, es una oración de unidad, que se alza al Padre y vuelve a recaer sobre el alma de quien reza. Algunos entre vosotros saben que todo tiene un aura, ya sea el aura de una ciudad, de un continente, de una sociedad, o el aura de tu hermano o hermana, el aura de un animal, vegetal o mineral. Es la fuerza interna, que irradia hacia fuera y capta tu oración.

Mira, oh hombre, hijo Mío, cuando rezas y tu alma vibra en la consciencia de Dios, los elementos de Dios atraen tu oración de corazón a través de tu alma. ¡El Espíritu etéreo en los elementos mismos, no se puede cargar de culpa! Si rezas por un país, en tu alma se forma tu oración de corazón, y el aura del país atrae esta oración. Tienes que saber que todo tiene un aspecto positivo y negativo, y por eso todo lo divino se basa en la atracción.

En el aura del país se forman a su vez las oraciones de corazón. Almas de seres humanos que viven en este país y que están orientadas positivamente, son incitadas hacia el bien por los continuos impulsos que llegan desde el aura del país. Los pensamientos de amor penetran entonces en estas almas preparadas, pues todo es movido según el magnetismo. El alma preparada atrae la oración, entra en vibración, y transmite al ser humano buenos impulsos. Así el alma puede actuar como la conciencia del hombre. Así se pueden evitar muchas cosas en el país por el que rezáis, pues las buenas corrientes de la vida traen la bendición y la plenitud del Espíritu.

Oh hijos de Dios, cuando recéis por un humano, orientad también vuestros pensamientos de corazón hacia Dios, y pedid por vuestro hermano. Las corrientes de amor penetran en el aura de vuestro hermano, allí toman forma y el aura envía impulsos al alma hasta que el alma alcance el mismo grado de vibración, entonces los elementos introducen la fuerza de la oración en el alma. Los elementos divinos vuelven a entrar en vibración, por lo que la fuerza curativa fluye también hacia vuestro organismo. Todo, queridos hijos Míos, ocurre desde dentro hacia fuera. Si un alma está muy despolarizada, la luz del alma será también oscura, pero aún así los pensamientos de la oración permanecen en este aura. No te des por vencido, hombre, hijo Mío, y continúa rezando.
Continúa...

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