viernes, 14 de diciembre de 2007

"La Fuerza de la Oración"
Quinta parte

Mucho se podría evitar en este mundo si los hijos de Dios estuviesen unidos en la oración, si fuesen de un mismo espíritu y de una misma intención, si formaran una unidad, pues todos sois hermanos y hermanas. En cada uno de vosotros está Cristo, que os habla aquí a través de los ámbitos internos de un ser humano, para que por fin reconozcáis lo que ya era actual hace unos 2000 años y que lo será eternamente, el amor. El amor es el fundamento de la vida. Hasta que no encuentres el camino hacia esta fuerza fundamental, nunca llegarás a la casa del Padre. Seguirás siendo una oveja perdida hasta que no reconozcas el amor, que es la fuerza de Mi vida eterna.

Hoy día el hombre tiene sus vehículos, quizás mañana el alma ya no pueda utilizar el vehículo. Oh hombre, hijo Mío, ¿has planificado ya el viaje en tu interior, o sólo planificas para el mundo? Si todavía no has reconocido el viaje en tu interior, tu alma se quedará en los ámbitos astrales inferiores, hasta que no haya reconocido la fuerza más elevada del cosmos, el amor.

Oh hombre, hijo Mío, tú subes a tu vehículo, pero, ¿has pensado ya en Dios, que es tu acompañante y tu protector, pues el Cristo vive en Dios? Oh mira, cuando subas a tu vehículo, ve hacia el Espíritu eterno en tu interior, que vive muy dentro de tu alma, y di:

Oh Padre, yo soy tu hijo, protégeme en este vehículo terrenal y también a todos los demás que van por la calle, ayúdanos a actuar a todos en Tu Espíritu. Oh hombre, hijo Mío, en el mismo momento magnetizas tu aura y tu vehículo, vibraciones de luz te envuelven, con lo que las fuerzas inferiores son mantenidas a distancia. Pero si con tus pensamientos de este mundo te subes a tu vehículo, te sales de la protección de lo divino. Pues está escrito:

«Pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá»

cuando vayas a comer, olvida tu parte humana que en este momento quizás tenga hambre, dirígete a Tu Padre y Redentor, que vive en ti, y pídele que bendiga los dones. En verdad os digo, muchas sustancias venenosas pueden ser neutralizadas. Si el hombre pide de corazón, la sustancia espiritual de los alimentos será magnetizada, lo bueno alcanzará los órganos, y las sustancias venenosas no tendrán efecto o sólo muy reducido. ¿Qué dijo el Espíritu del Padre a través de Jesús? Todo os es dado por Mí, pues el Cristo de Dios en vosotros os activará para que podáis hacer cosas todavía más grandes que las que hizo el Hijo de Dios encarnado, pues la fuerza de los Cielos os ha sido transmitida con la Resurrección para que os convirtáis en hijos del cosmos, en los cuales palpita toda la Creación, y con ello cada rayo de sol y todos los astros. Todo lo que vive y se mueve es el movimiento del Espíritu; está dentro de vosotros.

Oh, si pudieseis captar el sentido de las palabras, os volveréis afanosos y viviríais eternamente en la consciencia de Mi Padre, para que el Cristo de Dios os pueda conducir al Reino eterno, donde está vuestro domicilio eterno. Por eso hombre, hijo Mío, no te orientes sólo hacia los dones de esta Tierra, sino que da las gracias de que Dios te los haya dado. Oriéntate más hacia Dios, hacia los dones celestiales, y tanta fuerza y vida te será dada, pues el amor reparte en abundancia.
Continúa...

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